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Mente

“La mente intuitiva es un regalo sagrado.”

Albert Einstein

En la mente se almacenan nuestras creencias que se manifiestan a través de pensamientos y conductas. Debemos invitar a nuestra mente a ser nuestra aliada, al hacer esto nos abriremos más al pensamiento innovador encontrado soluciones creativas.

La mente tiene un poder tremendo sobre nuestro cuerpo, a través de los pensamientos, emociones y conductas podemos modificar constantemente la actividad de nuestros genes. Cada uno de nosotros posee una sabiduría interior de intuición.

La intuición es la voz interna que pide ser escuchada mientras hacemos nuestras actividades diarias. Nuestra sabiduría interna nos lleva a tomar decisiones, sin embargo a veces ignoramos o no reconocemos esa voz interna y actuamos a través de la racionalización o a través de creencias limitadas.

Por ello es importante concientizar nuestras creencias, revisar nuestros pensamientos y hacer cambios en los negativos porque ellos están manifestándose día a día a través de nuestro cuerpo (salud o enfermedad) y nuestras conductas.

En la vida cotidiana y de manera inconsciente vamos actuando, expresando y confirmando muchas creencias limitadas que lo único que hacen es complicarnos la vida. Debemos aprender a tomar conciencia de nuestra salud mental aprendiendo a no vivir en una turbulencia de pensamientos que no tienen ningún beneficio.

Cuando existe una buena conexión entre mente, cuerpo y espíritu las decisiones y elecciones asertivas aumentarán la visión y ejecución de una vida mejor.

Cuerpo

“Mantener un cuerpo saludable es un deber… de lo contrario no podremos mantener nuestra mente fuerte y clara.”

Buddha

Hace tan solo un par de décadas especialistas en salud mental descubrieron poco a poco que los problemas del cuerpo eran en realidad un problema de la mente y el cuerpo y el espíritu.

El cuerpo es el registro físico de nuestra vida tal como la hemos vivido hasta ahora.

Cuando pensamos algo esa información se registra en el cerebro, el cerebro envía señales químicas a todas las células del cuerpo y estas células reaccionan y envían un mensaje de vuelta al cerebro. Por lo tanto todo lo que sucede en la mente afecta o beneficia también al cuerpo.

Tú no eres tú cuerpo, eres el creador de tu cuerpo creándolo a través de pensamientos (conscientes o inconscientes), por ello la importancia de comenzar a tomar decisiones conscientes.

Investigaciones de Harvard han demostrado que hasta 500 genes cambian su rendimiento cuando una persona hace cambios positivos en su estilo de vida. Tales como una dieta equilibrada, ejercicio moderado, meditación y conocimiento para el manejo de estrés.

Cuando existe una buena conexión entre mente, cuerpo y espíritu tu cuerpo se sentirá más ligero, vital y lleno de energía.

Espíritu

“Todo lo que necesitas, es dejar de buscar afuera lo que sólo puedes encontrar adentro. Establece tu visión correcta justo antes de actuar... aclara tu mente, purifica tu corazón, santifica tu vida ésta es la forma más rápida de traer el cambio a tu vida”.

Sri Nisargadatta Maharaj

Tu cuerpo no puede sanar sin juego. Tu mente no puede sanar sin risas. Tu alma no puede sanar sin alegría”.

–Catherine Fenwick

 Enfoques

Enfoque junguiano

El término “enfoque junguiano” se desprende del trabajo realizado por el médico psiquiatra y psicólogo suizo Carl Gustav Jung (1875-1961).

Jung desarrolló una visión y enfoque del trabajo psicológico, con formulaciones prácticas y teóricas, al que llamó Psicología Analítica, para diferenciarlo del Psicoanálisis de Freud.

Para la Psicología Analítica , el entrar en relación y en contacto con el material inconsciente, es de vital importancia al proceso terapéutico. En este enfoque, para que haya salud mental se requiere que se establezca una relación funcional entre los procesos conscientes e inconscientes presentes en la vida de un individuo. Cuando esto no sucede, surge la neurosis. Para comprender más a detalle la visión de la neurosis desde la perspectiva de Jung, a continuación se presenta un extracto del trabajo de André Sassenfeld J., denominado « Sobre el concepto de neurosis en la teoría de Jung », publicado en la Revista Encuentros. N.3 2011. Págs. 80 – 90 :

(…) Jung prefirió enfatizar la interrogante acerca del para qué de la neurosis en vez de insistir en la interrogante acerca del por qué que había sido explorada con detalle por Freud.

Desde este punto de vista, la condición neurótica representa, en términos generales, un intento particular de solución en relación a una problemática vital hasta entonces insoluble (Frey-Rohn, 1969). Constituye, cuando es enfrentada y entendida de modo oportuno, un estímulo potencialmente positivo para transformar las actitudes insatisfactorias y desadaptativas frente a la vida en actitudes más plenas, satisfactorias y saludables. Jung (1943) pensaba que los síntomas neuróticos son “tentativas de una nueva síntesis de la vida tentativas infructuosas [...], pero tentativas de todas formas, con un núcleo de valor y significado” (p. 56). Una neurosis equivale, así, a un intento de compensación de actitudes unilaterales frente a la propia existencia. De aquí que Jung vea en la neurosis no sólo algo negativo, una enfermedad fastidiosa, sino algo positivo, un factor curativo, un motor formativo de la personalidad. [...] Una neurosis puede, por tanto, actuar también como grito de socorro, proferido por una instancia interna superior, para llamarnos la atención acerca de la urgente necesidad en que nos hallamos de ampliar nuestra personalidad, lo que podremos lograr si abordamos exactamente nuestra neurosis. (Jacobi, 1940, p. 136, cursiva del original) .

Jung consideraba que la psique es un fenómeno humano que, en un inicio, es unitario e integrado; es decir, el individuo nace, en términos psicológicos, como totalidad (Sassenfeld, 2004). Sin embargo, de acuerdo a él, el psiquismo manifiesta una tendencia marcada hacia la disociación o escisión cuando la experiencia en el mundo comienza a enfrentar a la persona con las ineludibles y dolorosas frustraciones que forman parte intrínseca de la existencia. De hecho, Jung creía que la neurosis, en cierto sentido, es el sufrimiento de un individuo que aún no ha comprendido el sentido de sus vivencias o, también, que consiste en la incapacidad o el rechazo de contener y soportar sufrimientos legítimos una especie de negativa, en gran parte inconsciente, a experimentar los afectos asociados a pérdidas, separaciones y conflictos. En vez de ello, los sentimientos dolorosos o alguna representación psíquica de ellos “se escinde de la consciencia y la totalidad inicial el Self primordial se quiebra” (Sandner & Beebe, 1995, p. 301).

Jung (1921) afirma:

« En la neurosis, lo inconsciente aparece en un contraste tan agudo con el estado consciente, que la compensación está perturbada. La meta de la terapia analítica, por ende, es una toma de consciencia [realization] de contenidos inconscientes para que se pueda restablecer la compensación. » (p. 502).

De ahí la importancia del trabajo con el material inconsciente en el proceso terapéutico. Para Jung la neurosis presentaba un intento de compensación de algo que se estaba viviendo de una forma más unilateral, conscientemente, y que la otra parte compensatoria, había sido reprimida o no considerada y se encontraba de forma más inconsciente. Al atender el llamado de la neurosis, se atendía la parte que estaba reprimida en el inconsciente y que es fuente de potenciales no realizados hasta ese momento en el individuo. Para Jung, en el interior del ser humano existen potencialidades sin descubrir, que están ocultas y que pueden ser exploradas e integradas de manera más consciente en la vida del individuo.

Estos procesos, como el de comprensión de lo que la neurosis está manifestando, o el descubrimiento de los potenciales humanos « escondidos », entre otros, están al servicio del proceso del desarrollo personal que Jung llamó Individuación (aunque para Jung, el objetivo de la terapia no tendría que ser el mismo para todas las personas, para algunas personas podría ser el sentir una mayor adaptación en el mundo, para otras sentir que hay una mayor comprensión de uno mismo, o que se comprenden y desaparecen síntomas que generan dolor, etc ).

Dentro de los fundamentos teóricos de la Psicología Analítica, necesarios para el desarrollo del proceso terapéutico, se encuentran algunos conceptos que mencionamos a continuación :

La estructura de la Psique (que desde la vision junguiana tiene integrantes psíquicos y funcionalidad distinta a la vision freudiana), el yo, el inconsciente personal, el complejo, el inconsciente colectivo, el arquetipo, la Persona (la máscara), el ánima y el ánimus, la sombra, el Sí Mismo (Self), las actitudes de Extraversión e Introversión, las funciones de Pensamiento, Sentimiento, Sensación e Intuición. Los cuales no describiremos a detalle aquí pero son esenciales en el trabajo desde la visión de la Psicología Analítica.

Desde esta visión, la relación entre terapeuta y paciente es una de mutua colaboración y confrontación, donde ambos son transformados en el proceso. Jung, partiendo de sus conocimientos sobre alquimia definiría la relación terapéutica «a partir de la metáfora de dos cuerpos químicos diferentes que, puestos en contacto, se modifican mutuamente».

En resumen, la Psicología Analítica ofrece un modelo de comprensión de la psique humana y una propuesta de trabajo terapéutico, que considera las necesidades y búsqueda de cada individuo; tanto en relación a su salud mental como al desarrollo de su personalidad y proceso de autorrealización.

Bibliografía :

Alonso, Juan Carlos. Aportes terapéuticos de la psicología analítica. Artículo publicado en la Revista Universitas Psychologica, de la Facultad de Psicología Pontificia Universidad Javeriana (Vol 3, No. 1 enero-junio 2004, pp. 55-70).

Fordham Frieda. Introducción a la Psicología de Jung, capítulo 5 (en web Scribd).

Jung, C. G. (1921). Tipos psicológicos. Buenos Aires: Sudamericana.

Sassenfeld J., André. Sobre el concepto de neurosis en la teoría de Jung. En la Revista Encuentros. N.3 2011 (Págs. 80 – 90).

Existencial

La psicoterapia existencial ofrece un modelo terapéutico que se basa principalmente en la deconstrucción y reconstrucción de sentido que continuamente nos atribuimos a nosotros mismos y al mundo que nos rodea. Se constituye como un proceso de diálogo reflexivo fundamentado en principios existenciales, donde cada uno de los participantes (paciente y terapeuta) se encuentran, para realizar un trabajo de análisis conjunto sesión a sesión, en el cual van re-significando los aspectos más importantes de la vida del paciente, re-interpretándolos y aportándoles nuevos sentidos.

Las bases teóricas de este enfoque residen principalmente en las reflexiones expuestas por los filósofos Soren Kierkegaard y Friedrich Nietzsche que posteriormente fueron reforzadas por el movimiento fenomenológico impulsado por Edmund Husserl y las teorías expuestas por grandes pensadores como Martin Heidegger, Karl Jaspers, Jean Paul Sartre, Simone de Beauvoir, Martin Buber, entre otros.

Algunos de los puntos centrales más importantes de este enfoque consisten en las premisas: todo ser (o persona) existe sólo en una inter-relación con la otredad, y; la experiencia que vive el individuo a cada momento es único, individual e irrepetible. La primera idea hace referencia a la importancia de las polaridades que requieren necesariamente de su contraparte para poder ser atribuidos de un sentido (y poder entonces existir). De manera que la existencia misma es posible sólo si es limitada, para poder permitir cabida y validez a su contraparte, en otras palabras sólo se manifiesta a partir de una inter-relación o inter-dependencia con la otredad que se da de manera simultánea. Por lo tanto, en el mundo cotidiano (y en psicoterapia) es imposible describir al “yo” sin referencia del “no-yo”, lo positivo sin referencia de lo negativo, lo interno sin referencia lo de externo, etcétera.

La segunda premisa hace referencia a una de las características de la fenomenología según Edmund Husserl cuando la describe como “la ciencia del fenómeno, es decir, de los objetos tal como son experimentados, percibidos o que se encuentran presentes en nuestra consciencia”. Este aspecto de la fenomenología resalta el hecho de que nos relacionamos principalmente con las representaciones mentales que nos creamos de los objetos, más que con los objetos mismos; “No es posible bañarse dos veces en el mismo río” (Heráclito de Éfeso, 535 – 484 a.C). Esta idea obliga a considerar entonces que el mundo con el que se relaciona cada persona es “único, individual e irrepetible”. Desde esta perspectiva la verdad es entendida como producto de la interpretación que, a su vez, es influenciada por contextos ambientales, culturales, sociales, ideológicos e históricos con los que se relaciona el individuo.

Adicionalmente, el proceso terapéutico de este enfoque no se basa tanto en el pasado del paciente (o el origen del síntoma), sino que se enfoca en la relación actual (presente) que el paciente tiene con su pasado:

Desde una perspectiva existencial, la exploración profunda significa, más que una exploración del pasado, el intento de eliminar las preocupaciones cotidianas para centrarse sólo en la propia situación existencial. […] no se trata de pensar en el proceso a través del cual llegamos a ser como somos sino en cómo somos. El pasado, es decir, lo que recordamos de él, importa sólo en la medida en que forma parte de nuestra existencia actual y ha influido en nuestra manera de enfrentarnos, en el momento presente, en nuestras preocupaciones esenciales. […] El tiempo primordial de la terapia existencial es el “presente que se convierte en futuro”. (Yalom, 1984).

En conclusión, la psicoterapia existencial es un modelo más filosófico que médico en el cual se trabaja a partir del diálogo y la descripción, con la subjetividad y la realidad (o verdad) única de cada paciente en sus diferentes dimensiones, tal como las va construyendo día a día. Su fin consiste en conocernos a nosotros mismos a partir de la realidad que vivimos como también conocer nuestra realidad a partir de conocernos a nosotros mismos. Así, mediante la descripción y la reflección, podemos aceptarnos como somos y aceptar la realidad en la que nos desenvolvemos, asumiendo una responsabilidad plena para decidir nuestro futuro.

La vida es un viaje hacia la plenitud, y cada experiencia, agradable o no, es una oportunidad para aprender a crear una existencia significativa. En nuestro camino hay que enfrentar y trascender una enorme cantidad de situaciones: relaciones, pérdidas, dolores, éxitos, cambios, miedo, soledad...

Uno de los propósitos en psicoterapia es el de re-conocer y profundizar que en todas y cada una de las experiencias de vida, está la oportunidad de generar una existencia libre, llena de amor, conciente y plena; asumiendo la responsabilidad que cada persona tiene por su vida. Para esto es indispensable conocerse a sí mismo y aceptarse. Sólo entonces, elegir el sentido de su vida... a cada momento.

Bibliografía

• Andrés, Y. y Signorelli, S. (2011). Perspectiva en Psicoterapia Existencia, una mirada retrospectiva y actual. México: Colección Sentido
• Martínez Robles (2012). Psicoterapia Existencial. Teoría y práctica para un mundo post-Cartesiano. Primera edición, México 2012
• Yalom, I., (1980). Psicoterapia Existencial. Editorial Herder, segunda edición, 1984. Barcelona, España.

CONSTRUCTIVISMO Y POST-RACIONALISMO EN PSICOTERAPIA

Dra. Verónica García Maldonado

Si cada uno tiene que construirse su verdad y su significado de vida, puede ser que ésta sea la libertad que corresponde a la experiencia humana. Vittorio Guidano

Desde la visión constructivista la psicoterapia se puede definir como un intercambio de significados, en el que se elabora y revisa las construcciones que utiliza la persona para organizar su experiencia y sus actos. Considerando el significado como una experiencia afectiva humana más que solo cognitiva.

La psicoterapia constructivista se asienta en varias tradiciones: humanista, sistémica, cognitiva; expandiéndolas a través de temas postmodernos, como la importancia del significado personal, la construcción social de la identidad y la revisión de la narraciones sobre la propia vida.

Es una psicoterapia que busca ser más colaborativa que autoritaria, más basada en lo evolutivo que en el síntoma, más centrada en el proceso y más reflexiva que psicoeducativa.

Las teorías postmodernas comprenden que cada nueva teoría y cada perspectiva emergente, se construye sobre la sabiduría de los pensadores anteriores. Considera que la relación terapéutica es una relación humana verdadera.

El constructivismo reconoce que más allá de la conciencia o del lenguaje humano, existe “un mundo real”, pero está mucho más interesado en la construcción que cada ser humano hace del mundo. Las personas de hecho, vivimos en un mundo interpretado, tanto individual como colectivamente. Nuestra realidad es entonces el resultado de la organización y significado que le damos a la experiencia. Es decir, el ser humano es constructor activo de su experiencia.

El universo es real, sucede todo el tiempo, diferentes hombres lo interpretan de diversas formas. Mario Zumaya

La construcción y consolidación de la experiencia, incluye también a la propia identidad, es decir se construye el sentido de si mismo.

La organización y explicación de la experiencia se narra, es un relato que nos hacemos a nosotros mismos y a los demás. Por ejemplo, el pasado es el conjunto de hechos ocurridos, la historia, por otro lado, es la organización y explicación de esos hechos desde cierta visión y perspectiva.

Con los mismos hechos se pueden construir diferentes historias. En psicoterapia se organiza la historia a partir de nuevas explicaciones.

Para cada persona ante la experiencia que se nos ocurra pensar como puede ser una pérdida por muerte, la ruptura de una relación significativa, una crisis familiar, etc. lo importante será el significado y la explicación que dé a dicha experiencia, y que tan viable (posible, compatible) sea para su existencia.

En terapia narrativa, que es parte de las técnicas a que recurre el constructivismo, se trabaja con la o las explicaciones, mismas que parten de la organización de significado personal y de los constructos personales. La psicoterapia constructivista busca entonces intervenir en el significado de los constructos personales. Se pone en relieve el significado que hay detrás de las palabras y en los temas profundos que subyacen a la historia de la persona.

Ahora bien, los seres humanos para narrarnos y explicarnos necesitamos del lenguaje. Pero antes que el lenguaje tenemos emociones. Un bebé organiza el mundo “emocionalmente”, el bebé es lo que siente. Cuando aparece el lenguaje la acción se substituye por palabras, así observamos que conforme se incrementa el vocabulario y la experiencia da lugar a nuevas explicaciones, en un niño pequeño por ejemplo de 2 a 3 años, los berrinches paulatinamente se podrán transformar en formas más sofisticadas de lidiar con la frustración, que tendrán menos que ver con actividad motora, por ejemplo, y más con la integración de una construcción, por ejemplo tolerar la espera.

Desde una visión cognitivista, las emociones son resultado del proceso de pensar, es decir las cogniciones generan emociones. El post-racionalismo postula que las emociones y sentimientos son procesos de conocimiento.

La experiencia humana es dual, por una parte está lo que se experimenta y vive fundamentalmente a base a emociones, por otra como se organiza y explica esa experiencia. Esto evidentemente nunca desvinculado ni excluyente. Lo que se vive, se siente, se explica, se narra, se significa y se construye.

Un proceso de psicoterapia con elementos constructivistas y post-racionalistas, es un proceso de colaboración, integrador de distintas tradiciones psicoterapéuticas, que reconoce a la persona como narrador de su propia historia, a partir de sus significados y construcciones personales, capaz de generar historias viables con su existencia aún frente a hechos que pueden ser profundamente dolorosos.

Bibliografía.

Vittorio Guidano en Chile Sociedad Chilena de Terapia Post-racionalista Editado por Susana Aronsohn

Constructivismo en Psicoterapia. Robert A. Neimeyer Editorial Paidós

Psicología Constructivista. Rasgos distintivos. Robert A. Neimeyer Biblioteca de Psicología

Desclée Brouwer

Seminarios de Psicoterapia

Curso presencial

Centro de psicoterapia y acompañamiento Constructivista y Post-racionalista A.C.

Dr. Mario Zumaya

Constelaciones Familiares

Por Gabriela Bonilla, psicoterapeuta y facilitadora certificada en Constelaciones familiares.

Las constelaciones familiares (configuraciones sistémicas familiares) son una herramienta terapéutica desarrollada, entre otros, por Bert Hellinger (n. 1925), filósofo, teólogo, pedagogo, psicoanalista y misionero alemán. Aunque las constelaciones familiares ya existían antes del trabajo de B. Hellinger al respecto, el enfoque que aquí describimos tiene que ver con lo desarrollado por él y su metodología.

¿Cómo se trabajan y cuáles son sus pilares?

Primeramente, es importante mencionar qué significa cuando hablamos de algo “sistémico”. Uno de los principios del enfoque sistémico, es que lo que afecta a uno, afecta a todos en el sistema. Cualquier movimiento dentro de un sistema, afecta al sistema completo.

La dimensión que principalmente se trabaja en las Constelaciones Familiares, tiene que ver con el “alma” del sistema familiar, y lo que puede estar inconsciente dentro de éste. Muchas veces, una persona puede tener lealtades inconscientes a su sistema familiar, y esas lealtades le pueden tanto ayudar a sobresalir en algún área de la vida, como pueden restringir su desarrollo en otras áreas.

El tema a trabajar en una constelación puede ser cualquiera, desde un tema en esencia familiar como la relación entre hermanos o padres, hasta temas como el éxito laboral, la pareja, la salud o la estabilidad emocional en general. Cualquier tema en el que la persona sienta que no está pudiendo fluir o florecer, puede ser abordado en una constelación y ésta revelará lo que sucede a nivel inconsciente y que puede estar afectando a la persona.

Las constelaciones entonces, desde esta perspectiva, dan luz y mayor conciencia de lo que sucede a nivel sistémico, respecto al tema que se quiere trabajar.

Dentro de los fundamentos importantes en el trabajo de las Constelaciones Familiares, se encuentra lo que B. Hellinger llamó “Órdenes del amor”. Estos órdenes del amor, son los principales pilares en los que el facilitador trabajará en la constelación, para traer a la conciencia lo que hace falta para restablecer el equilibrio y orden en el sistema, y que entonces la persona pueda tomar conciencia de lo que la “atora” (desde la dimensión sistémica), para florecer. A continuación describimos muy brevemente a qué se refieren estos tres órdenes:

Pertenencia: todos los miembros de un sistema tienen el mismo derecho a pertenecer a éste. Hay desequilibrio cuando hay miembros excluidos del sistema (ya sea vivos o muertos).

Jerarquía: En un sistema, hay unos que llegaron antes que otros, y al respetar este orden, el sistema mantiene su equilibrio. Cuando este orden no es respetado, alguien en el sistema toma un lugar que no le corresponde y esto desequilibra al sistema y se generan cargas en donde no corresponden.

Equilibrio entre dar y tomar: Para que cualquier relación tenga una continuidad, debe haber un flujo de ida y vuelta, entre el dar y tomar. Este flujo entre el dar y tomar va retroalimentando la relación. Si una relación se carga demasiado a un solo lado, puede ser que la otra persona no pueda mantener este flujo de ida y vuelta al mismo ritmo que la primera, y la relación se vuelva insostenible y termine. Este equilibrio es diferente con los padres, ya que de ellos se toma y lo que dan es imposible regresarles, por lo que en este punto, el equilibrio se da cuando los hijos les agradecen y dan hacia delante, es decir, hacia la siguiente generación.

Metodología

Las Constelaciones Familiares se pueden desarrollar, tanto en talleres como de forma individual.

Taller:

Asisten varios participantes y un facilitador (quien es el que guía la constelación). La persona con la que se va a trabajar, va a decir su tema y el facilitador le pedirá que escoja, de entre los demás participantes, a representantes que participarán en su constelación. Posteriormente se lleva a cabo la constelación, donde gracias a lo que se va desarrollando en la configuración del sistema, lo que los representantes reportan y lo que el facilitador percibe gracias a su entrenamiento, hay un desarrollo de conciencia y un movimiento respecto al tema trabajado.

Hay distintas maneras de participar y todas son enriquecedoras para los asistentes al taller:

1. Siendo la persona que trabaja su tema en la constelación.
2. Participando como representante en la constelación de alguien más.
3. Como observador de la constelación de alguien más.

Individual:

El facilitador tiene una sesión con el consultante, para llevar a cabo la constelación familiar. El consultante plantea su tema y la constelación se puede realizar con objetos u otras herramientas con las que cuente el facilitador.

Las constelaciones promueven el desarrollo y la toma de conciencia; conciencia que genera movimiento en el sistema familiar. Todo esto ayuda a la persona en su camino, en su búsqueda para poder florecer en su vida.

Bibliografía:

Hellinger, Bert. Órdenes del Amor: Cursos seleccionados de Bert Hellinger. Herder, 2001.Weber, Gunthard. Felicidad Dual: Bert Hellinger y su psicoterapia sistémica. Herder, 1999.

Metafísica

La palabra significa más allá de lo físico, y es un conocimiento que nos ayuda a comprender lo que nuestro cuerpo y mente no pueden explicar o demostrar físicamente.

Todos alguna vez nos hemos preguntado quién creó todo lo que existe, porqué cada uno de nosotros estamos aquí, porqué en este país, porqué hay personas que nacen enfermas, porqué hay vidas que parecen una tragedia y otras que parecen muy privilegiadas, en fin, la lista de preguntas podría ser tan larga como quisiéramos.

En el mundo que habitamos, y que nosotros mismos hemos construido, los desafíos a los que nos enfrentamos diariamente como la violencia, delincuencia, falta de integridad, contaminación, tráfico, sobrepoblación, etc., en ocasiones nos abruman tanto, que nos llenan de miedo y desesperanza; haciéndonos sentir que somos muy pequeños para resolver tantos problemas.

La metafísica nos enseña que a pesar de todo esto, es posible tener una vida felíz, llena de amor, esperanza, alegría y abundancia. Esto no significa que los problemas o desafíos ya no van a existir, simplemente voy a contar con la sabiduría necesaria para resolverlos y entender que el único mensaje que traen consigo es mi crecimiento, la expansión de mi consciencia.

Además, através de nuestra experiencia personal afectamos todo lo que nos rodea por lo tanto cuando cambiamos nosotros, sí contribuimos con nuestro granito de arena al cambio de nuestro planeta.

Cuando expandimos nuestra consciencia, empezamos a experimentar el equilibrio entre la mente, el cuerpo y el espíritu, y nos damos cuenta de que nuestra realidad es que somos seres espirituales viviendo una experiencia material, y que por lo mismo estamos aquí con un propósito específico, que cuando logramos descubrirlo y llevarlo a cabo, nos llenamos de una inmensa alegría.